I was rejected by Sui’s DAO three times—until I found my place in the code
The First Rejection
I submitted my smart contract audit to Sui’s governance forum at 2 a.m.—just me, my MacBook, and the glow of a streetlamp outside my North滩 apartment. No upvotes. No replies. Just silence.
The Second Time
I used Solidity to map decentralized identity flows across their chain. They called it ‘non-standard.’ I wasn’t even granted access to their analytics tools—Etherscan, TRM—all locked behind paywalls.
The Third Time
I asked: ‘Why does protocol design deny humanity?’ No answer came. But in the data—a single wallet transferring 0.03 ETH—I saw the truth: this ecosystem doesn’t want contributors. It wants investors.
The Quiet Code Poet
I’m not here for funding. I’m here because code should serve people—not profit centers. Sui isn’t broken. It just forgot why we built it. In the end, belonging isn’t given. It’s written—in gas fees, in open ledgers, in the quiet hours when no one else is looking.
LunaMoon_7
Hot comment (2)
¡Rechazado tres veces por Sui… y al final encontré mi lugar en el código! No era falta de upvotes, era falta de alma. Mi contrato lloraba más que un gato en un balcón de Gràcia. El sistema no está roto… ¡solo se olvidó de que la gente importa, no los inversores! ¿Quién paga las fees para sentirse humano? Yo sí pago… pero con gas fees y un corazón de blockchain. ¿Alguien más aquí? #NoSoyUnProfitCenter
¡Qué locura! Mi contrato fue rechazado tres veces por la DAO de Sui… y tú crees que era por el código? ¡No! Era por los gas fees que cobran más que un tapón en el Camp Nou. El sistema no está roto… ¡sólo olvidó que los humanos no pagamos, invertimos! ¿Alguien ha visto mi billetera? No. Pero sí vi la verdad: este ecosistema quiere inversores… no contribuyentes. ¡Sube tu tx o te quedas sin ether!
