Dejé Mi Trabajo por la Blockchain

El Susurro Antes del Auge
Recuerdo el primer instante: +15,63%, $2,2548 USD—un salto que sonaba más como un latido que como datos. Mi hermana llamó desde el otro lado del océano, preguntando si aún perseguía validación a través de gráficos. No respondí. Solo escuché.
La Quietud Entre Los Movimientos
Tres días después, los números se aplacaron: $1,7429 USD, el volumen se redujo a la mitad—ningún ruido, solo quietud. En ese apartamento silencioso lleno de plantas y libros viejos, entendí algo más profundo: la volatilidad no es caos; es ritmo. JTO no se mueve por hype; respira porque la gente elige lo que importa.
Codificado en Confianza, No en Hojas de Cálculo
El último instante no mostró nuevos máximos—solo consistencia bajo la superficie. 10,69% de rotación, mismo precio—pero ahora significaba algo distinto. Esto no es finanza vestida con trajes de Wall Street; es poesía escrita en contratos inteligentes por quienes creen que la tecnología debe amplificar la dignidad humana—not extraerla.
No dejé mi trabajo por riqueza. Lo dejé para vivir donde el valor se mide no por volumen—sino por intención. ¿Cómo quieres ser recordado?

