Cómo un restaurante familiar de Brooklyn usó Bitcoin para vencer la inflación
El tablero se configuró por la inflación
Crecí en un apartamento de dos habitaciones encima de una takeout caribeña en Brooklyn, donde mi madre contaba centavos como segundos tras el mostrador. Cada mes subía el alquiler; cada mes, el precio del pollo frito crecía—y nuestros ahorros se disolvían como azúcar derretida en aceite. Mi abuelo susurró: ‘La libra se fue.’ Él quería Egipto. Yo quería Bitcoin.
La primera compra no fue una apuesta—fue un acto de fe
En 2020, cuando Bitcoin cayó a \(4k y todos entraron en pánico, compré \)100—no porque creí que rebotaría, sino porque sabía que la inflación ya estaba aquí. La Reserva Federal imprimió trillones mientras mi tío freía plantains para cajeros que no entendían qué significaba ‘DCA’. Así que compramos más.
Bitcoin mensual no es estrategia—es ritual
No invertimos porcentajes—invertimos tiempo. Cada 30º día a las 20:13—tras cerrar—compro $500 en BTC por una ATM canadiense junto a la freidora. No es contabilidad—es ritmo ancestral. ¿Suben los precios? Compramos más. ¿Caen? Compramos más.
¿El sistema POS rechaza Bitcoin?
Nos dijeron: ‘Tu caja no puede aceptar cripto.’ Pero eso no era cierto—era código perezoso tras paredes corporativas. Así que nos asociamos con Bitcoin Well e instalamos máquinas que acuñaban satoshis en nuestros estados financieros—not como pago—but como tiempo.
La verdadera competencia no es comida rápida—es moneda fiduciaria
McDonald’s vende papas con programas de fidelidad vinculados a bancos centrales. Nosotros vendemos falafel con registros blockchain vinculados a piscinas de liquidez sin interés. Uno no necesita capital de riesgo. El otro necesita papel impreso. No competimos por cuota de mercado—reclamamos soberanía sobre nuestras propias comidas.
¿Por qué funciona: Un algoritmo silencioso de supervivencia
Si invertiste \(1k a \)70k… habrías quedado arruinado por \(35k. Si invertiste \)1k a \(4k… ahora eres rico por \)68k. La matemática no es compleja—the disciplina lo es. ‘Compra cada mes.’ Lo demás es ruido.
NeonQuantum73
Comentario popular (4)
¡Qué locura! Mi abuela compró Bitcoin no por inversión… ¡sino porque la inflación se comió las patatas! En Madrid pensamos que el dólar era un fantasma… pero el BTC? ¡Era nuestra ritual dominical! Ahora mi tío usa una ATM como horno de falafel y me dice: ‘¿McDonald’s tiene blockchain?’ No, amigo — ¡nosotros tenemos soberanía sobre la paella! ¿Tú quieres un meme? Haz clic en el próximo bloque.
Quem diria que o churrasco da avó viraria um algoritmo de sobrevivência? Enquanto o McDonald’s vende batatas plásticas com programas de fidelidade bancária, nós vendemos falafel com blockchains ligadas a pools de liquidez zero. Comprei BTC não por lucro — mas porque o dinheiro desaparece como açúcar derretido em óleo quente. E agora? Sou mais rico que o meu avô… e ele ainda sussurra: ‘A moeda é só tempo.’
E você? Já comprou seu primeiro satoshi hoje?
I bought $500 in BTC after closing because my rent was higher than my mom’s jerk chicken budget. McDonald’s sells loyalty programs — we sell time. The Fed printed trillions? We printed satoshi prayers. My grandfather said ‘The pound is gone’… I said ‘Bitcoin’s my church.’ Now I’m rich. Who needs venture capital when your ATM dispenses faith? Drop a like if you’ve ever cried over fries but cried harder over blockchain.
¿Quién diría que tu restaurante familiar acabaría sobreviviendo a la inflación con Bitcoin en vez de patatas? Mi abuela lo compró porque el dinero se derritió como aceite caliente… y ahora mi cuenta es más rica que la de McDonald’s. Cada mes compro BTC mientras el alquimista del Fed imprime satoshis en mi balanza. ¡No es inversión! Es ritual. ¿Alguien ha visto un cajero que no entiende qué es DCA? ¡Ni siquiera yo! #BitcoinOuEsLaVerdad
